de: POEMA DEL HONDERO
Estoy lanzando piedras contra la oreja sorda.
Cambiante de ambos mundos.
Esto es la soledad y sus crepitaciones.
Estoy haciendo señas junto al tonto paciente
que yace en la colina y con la pobre loca
que remienda sus cuitas en un banco del parque.
Por sus dedos conclusos. De tejedora rota.
Destilan los retazos. La crónica final del abandono.
Le digo que me espere.
No es tiempo de morir a la sombra
marchita de los álamos.
Estoy lanzando piedras contra la oreja sorda.
Sangrante de este mundo.
Este mundo convexo que muestra sus espaldas.
Se extraviaron los planos
que ayuden a escapar del Laberinto.
Estoy lanzando piedras: soy la loca del parque.
Soy el tonto decrépito que yace en la colina.
Soy la canción fatal de Eleanor Rigby. Y soy la antología
de los que mueren solos. Sin traspasar el túnel.
Sigo lanzando piedras. Estoy cansada y sigo.
La loca muestra impúdica
la mueca desdentada de su hastío.
Vira al revés su bolso. Esparce pieza a pieza
su manojo de olvidos.
Le digo que me espere: no es tiempo de morir
a la sombra marchita de los álamos.
No resisto esta paz de abrevadero. Ni la culpa redonda
pendiente del manzano. Ni la flecha buscando
centro en mi cabeza.
Estoy lanzando piedras. Quizás encuentren eco.
O las devore el fondo.
Rosabetty Muñoz (CHILE,1960) Profesora de Castellano, ha ejercido labores de docencia en distintos establecimientos educacionales de Chiloé y participado activamente del desarrollo cultural del sur de Chile.
La Sombra de la Hija
La sombra de la hija va cosida al costado
y murmura que nadie se muere la víspera.
Su ácida compañía es oleaje
en el mar espeso y opalino de la sangre.
Repite también que es falta grave
no dedicarse al amado, abandonarlo
en su ser finito, su pobrecito efímero.
Esta sombra pide ser sorbida
fusionada en mí. Ser amada de veras.
Le parece mezquino este gesto mío
de alargar la mano
y arreglarle un mechón
que cae sobre sus ojos.
Juana Bignozzi(Argentina,1937) Es una de las poetas esenciales del panorama argentino contemporáneo. Entre los galardones obtenidos se destacan el Premio Municipal de Poesía en el año 2000 y el Premio Konex por el quinquenio 1999-2003.
De "Mujer de cierto orden" 1967
DOMINGO A LA TARDE
Cuando se sientan frente a frente
amores imposibles, quincallería amistosa,
tipos que se atrevieron y esa mujer intensa
que lleva augurios a felicidades que nunca entenderá,
la buena gente desecha las malas palabras,
la buena gente dice todos tienen posibilidades en la vida,
sienten crecer su amor por esa mujer intensa,
tan sola, que vivirá siempre detrás de una ventana
y todo lo que le ofrecen está demasiado azucarado.