miércoles, 27 de mayo de 2009

Angela Olive Carter, escritora

Angela Olive Carter, de soltera Angela Olive Stalker nació en Eastbourne, 7 de mayo de 1940 en el condado de Sussex, al sur de Inglaterra. A causa de los bombardeos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, fue evacuada al norteño condado de Yorkshire, donde pasó varios años con su abuela materna. Fue periodista y novelista, murió en Londres, 16 de febrero de 1992.


Extracto del relato “Los amoríos de lady Purple” editado en la antología de relatos “Niñas malas, mujeres perversas”

… además por muy lejos que viajara la comparsa, ninguno de sus miembros había comprendido nunca lo extranjero. Eran todos nativos de la feria y, al fin y al cabo, todas la ferias son iguales. Quizá cada feria no sea más que un fragmento disociado de una gran feria original que se esparció hace mucho tiempo en una diáspora de lo maravilloso. Dondequiera que se establezca, la feria mantiene su atmósfera invariable, intrínsecamente coherente. Hieráticos como piezas de ajedrez, los caballos de colores de los tiovivos describen círculos perpetuos tan inmutables como los de los planetas e igualmente ajenos al mundo del aquí y el ahora en donde sus compañeros se acercan a contemplar boquiabiertos su calidad de extraordinarios, su libertad de la realidad. El pregonero invita a entrar con su voz ronca y en un leguaje más allá del lenguaje, o tal vez en el lenguaje ancestral de gruñidos y ladridos que yace en el fondo de todo lenguaje. En todos lados, las mismas ancianas anuncian pringosos caramelos que parecen hechos únicamente para que las moscas se emborrachen de azúcar y cuya naturaleza es siempre la misma, aunque su forma exterior de estos enormes dulces pueda variar de un lugar a otro. Un reparto universal de perros de dos cabezas, enanos, hombres cocodrilos, mujeres con barba y gigantes con taparrabos de piel de leopardo, revela sus singularidades en los espectáculos secundarios y, vengan de donde vengan, comparten el sórdido atractivo de la deformidad, una internacionalidad que no conoce limites geográficos. Allí, lo grotesco está a la orden del día…

… Debía de haber sido la obra maestra de un artesano anónimo fallecido hacía mucho tiempo, y sin embargo no fue más que una estructura peculiar hasta que el profesor toco sus cuerdas, pues fue él quien la lleno de vigor necromántico. Le transmitió una abundancia de vida que el mismo parecía poseer de un modo muy tenue y, cuando ella se movía, no parecía una mujer simulada con habilidad sino una diosa monstruosa, al mismo tiempo ridícula y magnífica, que trascendía la idea de depender de sus manos y aparecía completamente real, pero totalmente sobrenatural. Sus acciones no eran tanto una imitación como un destilado y una intensificación de las de una mujer de carne y hueso, por lo que era capaz de convertirse en la quintaesencia del erotismo, ya que ninguna mujer de carne y hueso se hubiera atrevido a mostrarse tan descaradamente seductora…

… Los niños besan juguetes cuando suponen que se van a dormir, aunque, por muy niños que sean, saben que sus ojos no están hechos para cerrarse, así que serán siempre una “Bella Durmiente” que ningún beso llegara a despertar. Hay quien atenazado por una feroz soledad, puede besar el rostro que ve delante de él en el espejo a falta de otro rostro que besar. Ambos besos son del mismo tipo: son las caricias más conmovedoras, porque son demasiado humildes y demasiado desesperadas como para desear o buscar una respuesta…

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